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«Tres manzanas que cambiaron el mundo: la de Eva, la de Newton y la de Steve Jobs». Original y simple descripción del impacto que ha tenido la figura del creador de Apple en el mundo.

Fueron numerosas las frases memorables que Jobs dijo a lo largo de su vida. Tantas que, como bien apuntaba un twittero esta mañana, parecía que el que se había muerto era Paulo Coelho y no el gran gurú de la tecnología.

Stay hungry, stay foolish; su discurso en Stanford; los diversos aparatos tecnológicos que hacen nuestra vida más sencilla y más bonita, a la par que compleja (sí, sé que suena incoherente) porque, señores, sin un Mac/iPhone/iPad también se puede vivir…

La muerte de alguien es un hecho triste, da igual quién sea. En este caso se ha ido una de las grandes figuras de los últimos años. Un creador, un empresario, un innovador. Pero ya está. Viendo las reacciones de la gente ante el fallecimiento de Jobs creo que esto se nos va a veces de las manos. Y digo Jobs como podría decir Michael Jackson.

Sea como fuere, Steve, descansa en paz.